Desde chico quería ir a Perú. Siempre pensé en la cultura Inca, en Inti y en el Machu Picchu. Me han llegado a cuestionar ese gusto por ir a conocer el país
- ¿A Perú?¿A hacer que?
- A visitar el Machu Picchu.
- Entonces querés ir al Machu Picchu, no a Perú.
Y ahí entendí la importancia de elegir los compañerxs de viaje.
Un día encontré un hueco en el trabajo para salir de viaje. Tenía 10 días y había que pensar algo express pero intenso. Entonces pensé “Este es el momento, Machu Picchu me está llamando hace añteaba esto, una amiga, Mara, me escuchó hablar del viaje y se sumó sin mucha invitacos y si quiero verlo antes que el turismo masivo lo destruya hay que ir ahora”. Mientras me planión. Si quieren leer sobre las aventuras de ese viaje les recomiendo ir al artículo “Perú: una aventura en alturas” escrito por la mismísima Mara . Pusimos como base la ciudad de Cusco y con las recomendaciones de unos amigos emprendimos la marcha a un viaje que debíamos sacarle el jugo a cada segundo.
Por eso en esta edición les cuento “La vuelta al perro” por Cusco
